Boletin de JHISN 01/05/2021

Queridos amigos: 

Estamos encantados de dedicar el boletín de esta semana a la historia de Famoro Dioubate: músico, migrante, maestro, griot. Famoro actuó en vivo en el acto de apertura y cierre de nuestro tercer Encuentro Comunitario Anual de JHISN: ‘Todos pertenecemos aquí: Jackson Heights luchando por los derechos de los Inmigrantes’ en Octubre del 2019. Ahora en abril del 2021, Famoro está tramitando su ciudadanía estadounidense para permanecer en su lugar de adopción, el Harlem. JHISN te invita a escuchar a continuación su música y a conocer su historia. Puede ir a la página de GoFundMe y apoyar el camino hacia la ciudadanía de Famoro. 

El libro de historia viva de Famoro Dioubate

Famoro Dioubate terminaba de enviar a su banda de vuelta a casa y estaba echando raíces en Sydney, Australia, cuando recibió la llamada de un amigo.

Su amigo le dijo que Estados Unidos necesitaba a alguien que tocara bien el balafón. Dioubate era famoso en su Guinea natal y muy conocido internacionalmente por su habilidad con el balafón, aquí llamado xilófono. Entonces, su amigo le preguntó, ¿vendrías aquí y me ayudarías a hacer un álbum?

Han pasado más de 20 años y todavía está aquí. Después de prepararse más de una vez para regresar, Dioubate tiene ahora una familia, amigos y una carrera en los Estados Unidos, con estudiantes de balafón y la perspectiva de presentaciones en vivo una vez más en el horizonte. También tiene una madre en Guinea a la que no ha visto desde que se fue. Para asegurar su futuro aquí y poder ir a ver a su madre, oficialmente ha empezado el largo y costoso camino hacia la ciudadanía.

Dioubate es un djeli, también llamado griot, que forma parte de la tradición oral del Oeste de África. La tradición djeli es una historia que se transmite en las familias de generación en generación a través de cosas como historias, música y poesía.

“Se le llama un libro de historia viva”, dijo Dioubate en una entrevista con la Red de Solidaridad con los Inmigrantes de Jackson Heights. “Eso es lo que somos”.

La historia de Djeli se transmite oralmente. Nada está escrito. Fue dentro de esta tradición que Dioubate aprendió a tocar el balafón, el cual comenzó a los seis años.

Llevó la tradición con él después de que dejó Guinea, tocando su música en lugares como París, Bangkok y hasta Sydney, y finalmente aterrizó en Nueva York. Dioubate realiza ceremonias aquí como un djeli con su balafón, y en tiempos previos a la pandemia, tocó muchos conciertos en vivo como músico profesional. Sea este un baby shower o un espectáculo en el escenario, “cualquier evento es como un concierto para mí”, dijo.

Dioubate no planeaba quedarse mucho tiempo en Nueva York cuando llegó en el 2000. Pero un tiempo después de llegar, se enteró de que iba a tener una hija aquí. Su plan original era ayudar a la madre durante el embarazo y luego irse, pero se enfermó. Así que se quedó para operarse, planeando una vez más irse después de eso. Al final estaba quebrado, sin trabajo ni dinero para regresar a casa, por lo que tuvo que quedarse.

Finalmente, mientras se preparaba para irse una vez más, un amigo suyo, un violonchelista, lo detuvo. “Famoro”, dijo, “quédate aquí. Eres buen músico. No queremos que te vayas”. Lo invitó a quedarse en su sala mientras Famoro pensaba cuáles iban a ser sus próximos pasos.

“Así que me quedé”, dijo Dioubate.

La hija de Dioubate ahora tiene 21 años, lo que significa que puede pedirlo para que se haga ciudadano. Para él es importante obtener la ciudadanía, no solo para poder vivir y trabajar en los Estados Unidos, sino también para poder viajar a África y visitar a su madre.

La muerte ha debilitado a su familia en casa, y él y su madre quieren reunirse después de 22 años de separación. Pero “si me voy, no podría volver”, le dijo él a ella. Entonces le dijo: “Cuando obtenga mi ciudadanía, iré a verte”.

Dioubate se ha vuelto muy conocido en todo Estados Unidos. Tiene una banda aquí, llamada Kakande, que suele hacer giras por todo el país. Ofrece clases a estudiantes, que aprenden en su sala en Harlem. Hace sus propios balafones con madera que le envían sus familiares desde Guinea.

“Balafón no es solo música”, dijo. “Es como la escuela”. Pasa historias a sus estudiantes, ayudando a que la tradición djeli se expanda aquí. Su hija también es parte de la tradición. “Es una felicidad para mí”, dijo. “Estoy feliz de tener una nena en los Estados Unidos y a la vez una niña djeli de América. Somos así. El libro de historia viva, los djeli, estamos en todas partes del mundo”.

***

Famoro Dioubate ha comenzado el proceso de búsqueda de la ciudadanía, contratando los servicios de un abogado con sede en Nueva York. Este proceso, que normalmente lleva años, también es muy caro. Para aliviar la carga, Dioubate espera recibir donaciones de cualquier monto en Página de GoFundMe.

Con cuidado colectivo 

y respeto por nuestras historias de vida,

Jackson Heights Immigrant Solidarity Network (JHISN)

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