Detener las Deportaciones! Parar las Detenciones!

Estamos viviendo en medio de una emergencia de violación de derechos humanos. Una emergencia que es la consecuencia de una guerra desatada contra los inmigrantes y los refugiados. Esta guerra es catastrófica, no solo por sus víctimas directas, sino porque también afecta a las personas amantes de la libertad y la justicia. Pero esta guerra se dá desde un solo lado, y ha llegado a ser el motivo principal para algunos de los peores sectores de la sociedad norteamericana—supremacía blanca, xenofobia, chauvinismo imperial y neofacismo. Creemos que demandar una moratoria de las deportaciones y de las detenciones de los inmigrantes es una forma de luchar contra ella, de mobilizar sentimientos de solidaridad en la gente y de cambiar el discurso corriente sobre politica migratoria.

“Buenos inmigrantes” y “malos inmigrantes”

El discurso común y corriente sobre migración, incluso el discurso que usa el Partido Demócrata, practicamente desprecia los derechos humanos de los refugiados y de los inmigrantes. Lo que en realidad predomina en este discurso es una definición moralista decadente que distingue entre los que son “buenos inmigrantes” que están permitidos de permanecer en los EEUU, y los “malos inmigrantes” que deben ser encerrados o deportados. De igual modo, este discurso prevalente distingue entre “refugiados reales” y “refugiados falsos.” La presente situación de emergencia en los derechos humanos pone de manifiesto la esencia reaccionaria y errada de este discurso prevalente. En la raíz de esta distinción está la idea del privilegio, el racismo, el miedo y la ignorancia; y ninguno de estos conceptos describe la verdadera realidad de la vida de las personas que están emigrando.

En términos políticos, esta narrativa está bien enquistada en las propuestas de una “reforma migratoria comprensiva.” Estas propuestas están sustentadas sobre el supuesto de que si los Demócratas están de acuerdo con las demandas de los Republicanos en reforzar la patrulla fronteriza, y las deportaciones, pueden conseguir a cambio una limitada protección para algunos grupos selectos de migrantes—esos definidos como “buenos inmigrantes” o “verdaderos refugiados.” Por décadas, ésto ha sido el consenso aprobado al interior del Partido Demócrata.

Trump y la Derecha se sienten como en su casa con este discurso. La Derecha está deshumanizando y satanizando activamente y a propósito más y más categorías de inmigrantes y refugiados, mostrándolos como enemigos y como los peores criminales por lo que deben ser rechazados de esta sociedad. Está bien claro para todo el mundo que Trump y la Derecha están complaciendo con ésto a la supremacia blanca y al nacionalismo.

Pero los liberales comunes y corrientes no tienen una respuesta clara. Al estar de acuerdo en trazar una línea divisorial entre los “buenos” y los “malos” inmigrantes, han cedido terreno en términos de propuesta. No están luchando por los derechos de los inmigrantes y refugiados de permanecer aquí. Al contrario, claman por simpatía o apertura para darles permiso—al menos en ciertos casos que ellos elijan, basados en lo que los Republicanos o mucha gente blanca encontraria acceptable. Ellos hacen cálculos políticos con la vida de la gente, haciendo intercambios y jugando con números. Su concepto de reforma migratoria comprensiva despiadadamente traiciona y criminaliza decenas de millones de migrantes y aquellos que buscan asilo: Ésos que son usados como fichas de negociación. Ésos, quiénes ellos piensan que no merecen que se invierta políticamente . Esos que no merecen, por alguna razon, de su caridad.

Cambio de discurso

Por consiguiente, es vital cambiar el discurso sobre migración y el asilo. Esto es tan importante como formular específicas reformas legislativas. Es nuestra responsabilidad que en nuestro diario quehacer como activistas, el atacar esta narrativa común y corriente y reemplazarla con un discurso basado en la justicia y la moral.

Nuestra posición fundamental debe ser que la migración y el asilo son derechos humanos. No hay nada criminal en la búsqueda de la sobreviviencia, o en querer una vida mejor. De hecho tratar de negar los derechos humanos a otros es un verdadero crimen. Nadie debería ser dejado de lado por discriminación entre quienes son “buenos” y “malos” inmigrantes, o entre quienes son “verdaderos” o “falsos refugiados”, ya sea debido a su nacionalidad, raza, religión, género, historia personal, o por cuando y cómo ellos y sus familias llegaron a vivir a los EEUU.

Es una gran hipocresía la de los descendientes Europeos inmigrantes—quienes robaron estas tierras e impusieron fronteras a través de la violencia, construyeron un impero basado en la esclavitud y saqueos de guerra—dar un sermón acerca de quién es suficiente bueno para vivir aqui. Verdaderamente es hipocrecía cuando la política exterior de los EEUU y sus corporaciones continúan esparciendo y creando miseria en otras latitudes, obligando a que mas gente todos los días emigre o huya para salvar sus vidas.

La lucha por los derechos humanos de los inmigrantes y refugiados tiene un potencial para convertirse—y hay signos que asi lo señalan—en un movimiento poderoso por un cambio progresista en los EEUU y alrededor del mundo. Éste movimiento levanta la demanda por los derechos de los migrantes y refugiados y no apela a la simple simpatía. Cualquier intento por dividir inmigrantes desde los mismos inmigrantes y refugiados dentro de los mismos refugiados, constituye un ataque a la unidad de este movimiento, sirve para contener su potencial y oscurecer su profundo significado político.

Demandamos que se declare una Moratoria de Emergencia para las deportaciones y detenciónes

La lucha por los derechos humanos de los inmigrantes y refugiados necesita un enfoque práctico. Dado los ataques racistas contra los inmigrantes y los que buscan asilo en los EEUU, y dado los efectos destructivos de esos ataques sobre la sociedad en su conjunto, llamamos por una inmediata suspensión en todas las deportaciones, asi como de todos los arrestos y encarcelamientos basados en el estado migratorio. Esto significa no solo que se cierre ICE, sino resquebrajar el poder dictatorial de ICE, la Patrulla Fronteriza y todas las agencias legales federales que están ahora maltratando la vida de los inmigrantes y refugiados. Esta es una declaración de que a la inmigración y a la búsqueda de asilo no se les considere como actos criminales nunca más.

Proponer que se suspendan las deportaciónes no es lo mismo que decir abran las fronteras. Una moratoria no es una decisión final en cómo la frontera debe ser regulada. (Recordemos que por décadas varios millones de Europeos fueron bienvenidos a través de la Isla Ellis y por otros puertos de entrada. Nadie dijo que esa politica significaba “abran las fronteras”). La demanda por una Moratoria de Emergencia, que de plano rechaza la satanización racista que vuelve criminales a los inmigrantes, es centrada y practica. Se enfoca en detener la violación destructora de los derechos humanos de los inmigrantes y de los refugiados que esta sucediendo en este momento.

Resultados de las encuestas

Basados en datos emitidos recientemente por las encuestas, el demandar una moratoria de emergencia en las deportaciones y las detenciones puede ser bien recibido por un público bastante receptivo y con sentimiento significativo pro-inmigrante.

  • La encuesta conducida por la Universidad Quinnipiac en enero de este año, encontró que el 75% de votantes registrados piensa que la inmigración es en términos generales buena para el país (solo el 14% piensa que es malo). Este hallazgo es respaldado por varias encuestas. Por ejemplo, una encuesta conjunta del diario NBC/y de Wall Street Journal de septiembre del 2018, encontró que muchísimos votantes registrados piensan que la inmigración “ayuda más a EEUU en vez de perjudicarlo.” Esa mayoría se ha incrementado de manera sostenida a lo largo de varios años. Además, una sólida mayoría de residentes en numerosas encuestas piensa que los inmigrantes indocumentados son mucho mas respetuosos de la ley que los ciudadanos Americanos. A ésto se añade que el 59% de votantes registrados no está de acuerdo con el argumento de que los inmigrantes indocumentados les quitan el trabajo a los ciudadanos. (Quinnipiac, abril, 2018.)
  • Asi mismo, la encuesta conjunta del diario NBC/y de Wall Street Journal, de septiembre del 2018, encontró que el 61% de los encuestados respondió que estaban en contra de deportar a todos los inmigrantes que están vivendo actualmente indocumentados en los EEUU. Una encuesta previa (junio, 2018), que hizo esta preguna de una forma ligeramente diferente halló que el 67% de los votantes registrados pensó que los “inmigrantes ilegales” deberían ser capaces de aplicar por la ciudadanía. Un 8% más pensó que tales inmigrantes deberian ser capaces de permanecer en los EEUU, pero no aplicar por la ciudadanía. En enero de este año 2019, la encuesta Gallup también encontró que el 81% de los adultos están a favor o fuertemente a favor de “permitir que los inmigrantes que viven en EEUU ilegalmente tengan la oportunidad de llegar a ser ciudadanos de los EEUU, si es que ellos cumplen con los requisitos para serlo en un tiempo determinado”. La encuesta de la Universidad de Monmouth de enero 2018 tuvo resultados similares.
  • La encuesta de Gallup de diciembre del 2018, dijo que el 51% de los que respondieron, aprobó permitir que miles de refugiados de Honduras y otros paises de America Central entren a este país (43% no aprobó).
  • Concomitantemente, una encuesta Nacional de la Universidad de Grinnell realizada en noviembre del 2018, reportó que muchos adultos a nivel nacional creen que EEUU tiene una responsabilidad moral de conceder asilo a los refugiados. También, una gran mayoria sintió que no se había permitido a muchos refugiados ingresar a los Estados Unidos en ese momento. Paralelamente, el 54% de votantes registrados dijeron que hay una crisis de seguridad en la frontera con Mexico; pero al mismo tiempo, el 68% de estos mismos votantes se pronunciaron por la existencia de una crisis humanitaria en la frontera. (Encuesta de la U. de Quinnipiac de enero, 2019).

Por supuesto que sería un error minimizar el fuerte sentimiento anti-inmigrante que existe en el pais. Por ejemplo, el soporte encontrado a favor de los inmigrantes esta condicionado en si es que ellos cumplen con ciertos criterios (ser “buenos inmigrantes”). Esta es la posición que ha sido promovida y utilizada por muchos politicos por años.

Las actitudes halladas frente a los refugiados al sur de la frontera son mixtas. Por ejemplo, casi la mitad de los adultos en los EEUU opina que “los inmigrantes que buscan asilo político en la frontera deberían permanecer en Mexico esperando que su pedido sea procesado.” Asi mismo, casi la mitad piensa que los que buscan asilo en la frontera no estan huyendo de la violencia sino que están “tratando de evitar el debido proceso de aplicar para ingresar al país” (Monmouth, abril 2019). Hay también un fuerte soporte para incrementar la Patrulla Fronteriza.

Sin embargo, esta claro que hay muchas oportunidades para influir opinión pública. Mucha gente en los EEUU parece en general que es pro-inmigración, y un número grande se opone a las detenciones y deportaciones. Este sentimiento puede ser mobilizado y profundizado si se hace un llamamiento para detener el incremento de racismo y crueldad en la política actual.

Por lo tanto, demandar una detención de emergencia enfocará la atención de la nación en lo que actualmente viene sucediendo, que es, las violaciones de los derechos humanos de los inmigrantes y refugiados.

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