Queridos amigos,
La primavera ya está aquí. Bienvenidos estimados lectores al inicio del cambio de estación en el barrio. Y en este mes sagrado del Ramadán, celebrado por muchos aquí en Jackson Heights, les deseamos a todos Uds. más tiempo para la reflexión, la conexión y la vida comunitaria.
Nuestra primera historia también trae noticias de cambios: el panorama cambiante de la migración global detrás de un número cada vez mayor de inmigrantes de África occidental que llegan a la ciudad de Nueva York. Luego, pasamos a informar sobre las historias prácticamente invisibles, de los palestinos estadounidenses en Gaza, y Cisjordania durante una guerra implacable, y los obstáculos para emigrar que tienen los familiares cercanos de ciudadanos palestinos estadounidenses.
Aspectos destacados del boletín:
- Rutas problemáticas para los migrantes de África Occidental
- Varados y asediados: Palestinos estadounidenses en los Territorios Ocupados
1. De África Occidental a Nueva York
“Escuchamos todo el tiempo que cuando vienes aquí, vas a encontrar dos trabajos, vas a trabajar, vas a sobrevivir. Pero cuando estás aquí, es difícil incluso, encontrar un trabajo. Es una fantasía lo que escuchamos”. —Ibrahim Mbengue, reciente inmigrante senegalés
Encarnando las cambiantes corrientes de la migración global, cientos de miles de africanos occidentales, en su mayoría hombres jóvenes, han estado llegando a la frontera entre Estados Unidos y México en los últimos años, y decenas de miles últimamente se dirigieron a la ciudad de Nueva York. Solo en el año fiscal 2023, 58,000 africanos entraron a Estados Unidos desde México, tres veces más que el año anterior. A finales del 2023, alrededor del 14% de las personas en los refugios para inmigrantes de Nueva York procedían de Senegal, Guinea, y Mauritania, países de la costa atlántica envueltos en conflictos sociales y crisis económicas. Al igual que otros migrantes, los africanos occidentales abandonan sus hogares por diversas razones, huyendo de la violencia organizada, la represión, la discriminación, el abuso doméstico, el cambio climático y la falta de oportunidades económicas. Pero sus rutas migratorias y sus experiencias en Nueva York son únicas.
África occidental está mucho más cerca de Europa que de Estados Unidos. Pero las naciones de la UE, con la cooperación de la marina Marroquí, progresivamente han endurecido sus fronteras, desalentando efectivamente a los africanos occidentales de cruzar el Mediterráneo. Al mismo tiempo, una ruta nueva y tortuosa desde África hasta América del Norte se ha abierto. Lo que algunos comentaristas llaman “la migración como un arma”, sería una intención de responder a las sanciones de Estados Unidos, ya que el gobierno de Nicaragua está proporcionando visas de bajo costo y sin restricciones a los inmigrantes africanos. Volar hacia Nicaragua con estatus legal puede usarse como una base de partida hacia los EEUU. En los países de África occidental, los anuncios de “paquetes de viaje” a Nicaragua ocupan un lugar destacado en TikTok y otras redes sociales. Los intermediarios compran grandes cantidades de boletos de avión y los revenden a los inmigrantes obteniendo ganancias.
Una serie de vuelos desde África Occidental a Nicaragua es costosa, alrededor de $10,000 o más. Los inmigrantes suelen depender de préstamos de miembros de su familia. El viaje también es arduo. Por lo general, comienza volando a centros de aerolíneas internacionales como Estambul, donde los inmigrantes abordan el congestionado vuelo diario a Bogotá, Colombia. Desde allí, luchan por tomar un vuelo de conexión a San Salvador y luego otro a Managua. Los viajeros a menudo se quedan atrapados en el abarrotado aeropuerto de Bogotá durante días mientras intentan organizar el siguiente tramo de su viaje.
En Managua, los viajeros migrantes se encuentran con guías y se dirigen hacia el norte a pie, en autobús y en tren a través de Centroamérica y México hasta la frontera con Estados Unidos. Al comenzar en Nicaragua, los inmigrantes africanos tienen una ventaja: evitan los peligros de la infame Brecha del Darién, que se encuentra más al sur entre Colombia y Panamá. Sin embargo, el viaje hacia el norte sigue siendo extremadamente peligroso. Al igual que otros inmigrantes, los africanos pueden ser presa de traficantes, funcionarios, policías deshonestos y pandillas; a veces son objeto de violencia o despojados de sus posesiones. Después de llegar a la frontera de Estados Unidos y solicitar asilo, los migrantes pasan por el procesamiento de la Patrulla Fronteriza y ICE. El gobierno de Estados Unidos se ha dado cuenta de lo difícil que es deportar a africanos, por la distancia y la falta de acuerdos bilaterales con los países de origen. A la mayoría de los inmigrantes de África Occidental se les permite viajar a una ciudad estadounidense de su elección, mientras esperan que llegue la fecha de sus audiencias de asilo.
Aunque unos pocos inmigrantes africanos han llegado a Nueva York en los infames autobuses del gobernador de Texas, Greg Abbott, la mayoría organiza su propio transporte desde la frontera. A su llegada a NY, se enfrentan a enormes desafíos. El alcalde Adams ha impuesto un límite de treinta días a las estadías en refugios para inmigrantes solteros, incluido los jóvenes. Dentro de los refugios, la falta de recursos de traducción ha impedido que algunos inmigrantes de África occidental (que pueden hablar francés, árabe, pulaar o portugués) accedan a servicios básicos o asistencia con sus casos de asilo.
Una vez expulsados del sistema de refugios, los inmigrantes africanos de Nueva York a menudo luchan para encontrar vivienda, comida y otras necesidades. Muchos viven en circunstancias improvisadas: en sótanos, hacinados refugios informales, en la acera, en el metro o en espacios ad hoc proporcionados por organizaciones religiosas y sin fines de lucro. Por lo general, los grupos comunitarios dispuestos a proporcionar refugio de emergencia no son elegibles para recibir ayuda del gobierno, ya que no cumplen con las normas de construcción y contra incendios requeridas.
Una red de unos 20 pequeñas mezquitas distribuidas en los cinco distritos, han visto su generosidad de corazón abierto abrumada por las necesidades de los musulmanes recién llegados de África Occidental. Organizaciones comunitarias como la Alianza Negra por una Inmigración Justa (BAJI), Comunidades Africanas Unidas (ACTO), y el grupo de ayuda mutua Alianza de Solidaridad con Migrantes Negros y Árabes (BAMSA), también se ven abrumados por la repentina demanda de alimentos y atención médica, clases de ESL, vivienda y asistencia legal. El Centro Interreligioso de Nueva York (ICNY) está gastando actualmente 22,000 dólares, para ofrecer comidas halal a 100 personas en las mezquitas más necesitadas de la ciudad, durante los días del Ramadán.
Al igual que otros recién llegados, los inmigrantes africanos quieren sobre todo trabajar. Por falta de permisos oficiales, muchos han recurrido al trabajo jornalero, la venta ambulante y la entrega de alimentos, incluido el trabajo para las principales empresas de aplicaciones de entrega, incluso “comparten” documentos de identificación. Estas fuentes de trabajo ya están saturadas y son muy competitivas. Sin embargo, muchos africanos hacen todo lo posible no sólo para sobrevivir sino también para enviar unos cuantos dólares de vuelta a casa.
Un amplio espectro de organizaciones comunitarias y políticos liberales ha pedido a la administración Biden, que extienda el Estado de Protección Temporal (TPS) a migrantes africanos, y caribeños que enfrentan condiciones inseguras en sus países de origen. Esto reduciría el miedo a la deportación y proporcionaría acceso a un empleo legal. Hasta el momento la administración no se ha mostrado de acuerdo.
“Al no tomar medidas para abordar las barreras específicas que enfrentan los inmigrantes negros cuando buscan ayuda migratoria, la administración no sólo está defendiendo las desigualdades que existen en muchos de los programas, sino que también mantiene el silencio continuo en torno al más rápido crecimiento en el país de la población inmigrante.”—Diana Konate, Director del Area Política, African Communities Together
¿QUÉ PODEMOS HACER?
- Si puede, haga una donación a los vínculos (link) de los grupos mencionados anteriormente que apoyan a los inmigrantes de África Occidental.
- Presione a Chuck Schumer para lograr que la administración Biden autorice el TPS para los africanos occidentales.
2. Abandonan a los Palestinos Estadounidenses en Gaza
“Y entonces… ves el mismo patrón una y otra vez. El Departamento de Estado dice algo muy básico y genérico, y luego no hace nada al respecto y espera a que la historia se desvanezca. Y eso envía el mensaje a Israel: puedes hacer lo que quieras, incluso con ciudadanos estadounidenses, y nadie te hará responsable”. – Edward Ahmed Mitchell, abogado de derechos civiles y subdirector nacional de CAIR (Council on American-Islamic Relations), 14/02/24
Los recientes asesinatos, arrestos y ataques contra ciudadanos estadounidenses en Gaza y Cisjordania son historias que apenas se cuentan en los principales medios de comunicación estadounidenses, o se dicen pero que pronto “se desvanecen”. Aquí mencionamos sólo algunos. Samahar Esmail, de Luisiana, fue sacada por la fuerza de su casa en Cisjordania a principios de febrero y detenida sin cargos. Adolescente palestino-estadounidense Mohammad Ahmed Mohammad Khodour, de 17 años, recibió un disparo en la cabeza por parte de las fuerzas israelíes el 10 de febrero, mientras estaba sentado en un automóvil estacionado con un familiar cerca de la ciudad cisjordana de Biddu. Borak Alagha, 18 años, y su hermano Hashem, de 20 años, ambos nacidos en Chicago donde pasaron su primera infancia, fueron arrestados el 8 de febrero y ahora están recluidos en una prisión israelí.
Alrededor de 350 ciudadanos estadounidenses permanecen atrapados en Gaza desde diciembre del 2023, otros 600 residentes permanentes legales o familiares directos de ciudadanos estadounidenses (elegibles para venir a Estados Unidos) tampoco pueden salir. Ese mismo mes, dos familias palestinas estadounidenses demandaron a la Administración de Biden, por no proteger a los ciudadanos estadounidenses en una zona de guerra, y negar su derecho constitucional a igual protección. (A principios de octubre, cuando comenzó la guerra, el gobierno de Estados Unidos envió vuelos chárter y un crucero a Europa para ciudadanos estadounidenses en Israel).
El Proyecto Justicia de Inmigración para los Palestinos (Project IJP) se lanzó como respuesta de emergencia a la crisis en Gaza. La coalición de abogados de inmigración y organizaciones de justicia estadounidenses, abogan por opciones de inmigración humanitaria para los palestinos, y ofrece servicios legales a familias estadounidenses con parientes en Gaza. La falta de vías accesibles a la inmigración para los palestinos, está movilizando una lucha urgente por ampliar los criterios de elegibilidad, sobre quién puede obtener ayuda del Departamento de Estado para salir de Gaza. Actualmente, ni siquiera los titulares de una tarjeta verde pueden traer a sus padres a Estados Unidos. También se excluyen tías, tíos, sobrinos y sobrinas y hermanos casados o mayores de 21 años. En otras palabras, la mayoría de los familiares de palestinos estadounidenses, no son elegibles para la inmigración incluso si enfrentan hambre y una guerra genocida. El único portal de inmigración disponible creado para situaciones de crisis humanitaria, llamado libertad condicional humanitaria, suele tardar años en procesar casos. También se requiere para hacer trámites actas de nacimiento, pasaportes, documentos de identidad, que para la mayoría de los habitantes de Gaza es imposible que los tengan, porque sus hogares han sido destruidos por los bombardeos, enterrados bajo los escombros, o abandonados cuando huyeron de sus hogares.
Un abogado del Proyecto IJP explica así: “Sin que el gobierno salga y diga que van a priorizar el procesamiento de solicitudes de los palestinos en Gaza, no hay garantía de que ninguno de nuestros esfuerzos tenga éxito”.
Centramos esta breve atención en los palestinos estadounidenses, no porque sus historias sean más importantes que otras en Palestina, sino porque su situación revela la descarada complicidad de Estados Unidos con Israel, en la devaluación de la vida y la libertad de los palestinos, incluso para los ciudadanos estadounidenses.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
- Puedes conectarte con Project IJP si eres un abogado y quieres ser voluntario. También puedes comunicarte si tienes familiares en Gaza.
- Ver o compartir el Seminario web del Proyecto IJP que ofrece orientación sobre: justicia migratoria para los palestinos.
En solidaridad y con cuidado colectivo,
Red de Solidaridad con Inmigrantes de Jackson Heights (JHISN)
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