Boletin de JHISN 13/11/2021

Queridos amigos, 

En un momento de tanta incertidumbre política, nos alienta la gran victoria que han obtenido recientemente los taxistas inmigrantes de la ciudad de Nueva York. Después de más de 40 días de protestas ininterrumpidas frente al Municipio de Nueva York y una huelga de hambre de 15 días, los trabajadores bailaron en las calles para celebrar el histórico acuerdo que brindará a los taxistas un dramático alivio de su deuda. “Ganamos,” anunció Bhairavi Desai, director de la Alianza de Taxistas de Nueva York, que representa a 20,000 taxistas y que encabezó la protesta pública y la huelga de hambre. Con tantos taxistas inmigrantes que son residentes y vecinos aquí en el Centro de Queens, esta es una victoria de la comunidad y un motivo de esperanza colectiva.

En este número, nos complace compartir un artículo sobre algunos aspectos culturales y políticos de los inmigrantes peruanos en Nueva York, escrito por Rosalinda Martínez, miembro de JHISN, quien ha vivido en Nueva York durante casi 20 años después de haber inmigrado desde Perú. También hablaremos de las últimas noticias sobre la legislación nacional que pretende brindar un camino hacia la ciudadanía a los millones de inmigrantes. Si ha estado confundido por los recientes titulares, tratamos de aclarar lo que está urgentemente en juego de lo que vaya suceder, o no, en las próximas semanas en el Congreso.

Puntos destacados del boletín:

  1. Los inmigrantes peruanos traen su cultura y valores a la ciudad de Nueva York
  2. ¿Se desviara el camino hacia la ciudadanía, una vez más?
1. Los peruanos de NYC se mantienen cerca de sus raíces

“Estamos continuando el camino del Capac Ñan (Caminos del Inca). Si Occidente no hubiera llegado, el Estado Inca hubiera llegado a estas tierras del norte. El Tawantinsuyo habría partido desde el sur que hoy es Chile, hasta lo que hoy es Canadá”. – Walter Ventosilla, director y guionista, Abya Yala (entrevista al autor)

Los peruanos tenemos una larga y reconocida historia. Los que vinimos a vivir a Nueva York tenemos nuestra propia historia que contar. Escribir este artículo sobre los peruanos en Nueva York, me hizo darme cuenta de que seguimos siendo quienes somos, porque llevamos dentro nuestra cultura ancestral. 

Antes de venir a los Estados Unidos, no sabía mucho sobre este país. Lo primero que escuché fue que “a todo el mundo le encanta la comida peruana en Estados Unidos”. Cuando llegué en 2003, traté de relacionarme con cualquier peruano. Fui a todos los eventos peruanos que pude encontrar. Allí estuvo la Feria Hispano-Latina en Renaissance Charter School, el Desfile Peruano en Northern Boulevard, el Día de la Madre y los eventos de clausura de Pachamama Peruvian Arts, en una escuela de Jackson Heights, la procesión del Señor de los Milagros en Manhattan. También descubrí el periódico quincenal Ayllu Times, así como escritores, poetas, periodistas y blogueros.

Por muchos años deseé pertenecer a un grupo; así que un día, en 2014, caminé con esa determinación en mi mente por la 74th St y entré en Diversity Plaza. Allí vi un camión en la esquina y gente haciendo cola. Era una exposición local de pinturas dentro de un camión. Recibí prestado mi primer cuadro de Art & Commons para colocarlo en mi habitación, y conocí a alguien del Partido Humanista de Nueva York. Así fue como me involucré en el movimiento por el “Sí al Acuerdo de Paz” con la guerrilla en Colombia, que los humanistas apoyamos. Años más tarde, en el 2018, vi una mesa en la Avenida 37, donde uno podía inscribirse en JHISN. Sentí que esto era lo que tanto quería hacer. Y aquí estoy, respondiendo solicitudes de ayuda de latinos que nos escriben y haciendo la traducción al español de nuestro boletín y volantes de JHISN. Puedo contribuir a mi comunidad porque el ayni (reciprocidad) vive en mí.

La población peruana en los EEUU es de aproximadamente 700,000, concentrada en Florida, California y Nueva Jersey. Más de 66.000 peruanos viven en el estado de Nueva York. La mayoría vive en Queens, Long Island y Westchester, pero también hay muchos peruanos en Brooklyn y el Bronx. Muchos inmigrantes llegaron originalmente con una visa, pero la mayoría cruzó por la frontera. Las personas que llegaron a los Estados Unidos durante las décadas de 1970 y 1980 eran en su mayoría personas de clase media de ciudades a lo largo de la costa, principalmente de Lima. Después de la crisis económica de la década de 1990, hubo una mayor afluencia de migrantes de todo el país. Perú había detenido su camino hacia el desarrollo industrial y, en cambio, se había convertido en un importante exportador de materias primas y migrantes. El éxito para los inmigrantes peruanos ha dependido del tipo de trabajo que encontraron aquí, tener un familiar o amigo, aprender inglés y su propio carácter. Según el Banco Mundial, los inmigrantes peruanos envían más de tres mil millones de dólares en remesas a Perú cada año.

En Nueva York, los peruanos tenemos diferentes creencias y opiniones políticas, pero estamos unidos por nuestras raíces. Silenciosamente, nuestras tradiciones continúan expandiéndose especialmente entre nuestros hijos y nietos. Durante la década de los noventa, la difusión de nuestra música y danzas recibió un impulso cuando personas con talento se conocieron y formaron diferentes grupos musicales. Pachamama Peruvian Arts fue fundada en 2004 en Nueva York, con el objetivo de preservar e interpretar la música y la danza tradicional peruana. Sus maestros ofrecen clases gratuitas a los estudiantes en las escuelas de Jackson Heights. 

Otro punto destacado de la cultura peruana en Nueva York es Abya Yala Arte y Cultura, que se fundó en el 2006. Abya Yala presenta todos los años una representación teatral del Inti Raymi, una ceremonia religiosa tradicional del imperio Incaico que rinde homenaje a Taita Inti en junio, durante el solsticio de invierno en el hemisferio sur. Cantos, bailes, flores, comida y chicha (licor de maíz) son ofrecidos a Taita Inti por el Inca, con la esperanza de que regrese el sol trayendo buen tiempo para que la Pachamama produzca abundantes frutos. Estamos orgullosos de que desde el 2007, un director y dramaturgo, actores, músicos, bailarines y voluntarios han llevado este fabuloso espectáculo al público. A raíz del éxito de los eventos culturales, se han formado más grupos folklóricos; algunos profesores peruanos iniciaron su propia academia como por ejemplo Peru Andino NY y otros más.

El Ayni o reciprocidad—en el intercambio de trabajo o bienes— está en nuestros genes y sigue movilizándonos. En abril de 2021, el dueño de una panadería peruana, Carlos Espinoza, recibió un premio del alcalde de Nueva York por su decisivo apoyo a los inmigrantes. Espinoza mantuvo abierto su negocio en Elmhurst, en el epicentro del epicentro de la pandemia en Nueva York, lo que permitió a los trabajadores esenciales obtener alimentos para ir a trabajar. También distribuyó comida gratis cocinada por su madre a inmigrantes que vivían en Elmhurst y Corona.

Los peruanos siempre han sido políticamente activos. En 2016, hubo un gran mitin de “Keiko No Va” en Times Square organizado y dirigido por un movimiento de izquierda llamado La Coalición Tri-Estatal de Connecticut-New Jersey-New York, y el grupo “Keiko No Va”, reflejando que no queríamos un gobierno de Fujimori nunca más. Marcela Mitaynes, una activista por los derechos de los inquilinos, fue elegida asambleísta del estado de Nueva York por el Distrito 51, de Brooklyn en el 2020, la primera peruana en servir en la Asamblea estatal. En nuestra propia tierra, Pedro Castillo, un Maestro rural andino y líder sindical de Chota, Cajamarca, fue elegido presidente en el año 2021. Esta es una simbólica bofetada para los poderosos criollos descendientes de europeos que han gobernado al Perú, pero que le han dado la espalda a la gente, especialmente de los Andes y de la Selva. 

Todavía hay esperanza para todos los peruanos que se identifican con nuestros orígenes ancestrales: ética y valores.

2. ¿Otra vez un agujero negro para los derechos de los inmigrantes?

Es importante tener un camino hacia la ciudadanía para la seguridad a largo plazo. Todos nuestros miembros podrían ser afectados por el resultado de lo que se decidirá en el DC en las próximas semanas.  –Manny Castro, Director Ejecutivo, Nuevo Empoderamiento de la Comunidad de Inmigrantes (NICE)

El camino hacia la ciudadanía que los demócratas prometieron a 11 millones de inmigrantes está a punto de desaparecer en otro agujero negro de Washington, DC. En las últimas semanas, los demócratas de la Cámara de Representantes intentaron sin éxito incluir ese camino en su masivo proyecto de Ley “Reconstruir Mejor Al País”, que pronto será sometida a votación en el Senado. Específicamente, propusieron que se ofrecerían tarjetas de residencia a los inmigrantes que han estado en los Estados Unidos por más de diez años. Este enfoque es similar al que utilizó el Congreso en 1986 para legalizar millones de inmigrantes que habían vivido en este país durante varios años.

Para que se apruebe la Ley de Reconstruir Mejor Al País, los demócratas han tratado de evitar el obstruccionismo republicano, ya que superarlo requeriría 60 votos, algo prácticamente imposible hoy. Sin embargo, este proyecto de ley que tiene implicancias presupuestarias importantes, puede aprobarse por mayoría simple mediante el procedimiento conocido como “reconciliación“. Depende de la Senadora Elizabeth MacDonough asesorar, sobre si las diversas disposiciones de la Ley cumplen con los estándares de reconciliación. Ella se ha pronunciado en contra de las propuestas de dar tarjetas de residencia en dos oportunidades, porque en su controvertida opinión, las tarjetas de residencia, no conciernen principalmente a cuestiones presupuestarias

Los demócratas podrían deshacerse del obstruccionismo, pero parecen no estar dispuestos a hacerlo en este momento. También existe la opción de anular la decisión del parlamento sobre la reconciliación por mayoría simple de votos. Aunque los defensores de los inmigrantes han acusado a MacDonough de parcialidad—ya que una vez fue fiscal de migración—, parece que la mayoría de los demócratas no tienen ganas de tener una confrontación con ella. En cambio, ahora están discutiendo reformas tan débiles que estarían muy lejos de ser un camino hacia la ciudadanía. 

Una idea que se está considerando seriamente es brindar protección temporal de 5 años contra la deportación y permisos de trabajo para millones de inmigrantes, incluidos los Dreamers, trabajadores agrícolas, algunos refugiados y/o solicitantes de asilo. Este tipo de solución a corto plazo ha sido desastroso para los Dreamers en el pasado, resultando en ciclos de miedo e inseguridad para ellos. Dependiendo de cómo se desarrollen las negociaciones, es posible que los inmigrantes “protegidos” no podrían siquiera ser elegibles para los beneficios públicos, incluida la atención médica.

Otra reforma en discusión es la de “recuperar” y distribuir más de un millón de tarjetas de residencia que han sido autorizadas por el Congreso desde 1,992 pero que no han sido utilizadas. Según esta propuesta, los solicitantes de residencia que ahora se encuentran atrapados por el atraso de la emisión de estas, podrían pagar tarifas de miles de dólares para acelerar el acceso a la residencia permanente. Parte de la fundamentación fue el de crear un impacto en el presupuesto que pudiera sobrevivir al debate del congreso.

Defensores de la inmigración dentro y fuera del Congreso están presionando fuertemente para mantener vivo lo substantivo de la reforma migratoria. No se han rendido; algunos han prometido votar en contra de todo el paquete Reconstruir Mejor el país si no incluye disposiciones de inmigración significativas. Pero también está aumentando la presión para aprobar de cualquier forma el enorme proyecto de ley de Biden.

Por otro lado, los grupos defensores de los inmigrantes han organizado una variedad de manifestaciones y campañas de presión dirigidas a los legisladores del DC. A nivel local, NICE ha desarrollado una campaña extendida llamada “11 días para los 11 millones”, una serie de acciones realizadas en Times Square, impulsando la “ciudadanía para todos”. También, las madres inmigrantes organizadas en el Movimiento por la Justicia en El Barrio, se reunieron frente a la oficina de la Senadora Gillibrand la semana pasada con la misma demanda. El resultado de esta lucha–en la que está en juego la vida, y los medios de subsistencia de millones de inmigrantes–está por verse.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

  • Comuníquese con sus congresistas demócratas y dígales que incluyan la ciudadanía para todos en la Ley de Reconstruir Mejor Al País. 
  • Done a New Immigrant Community Empowerment (NICE), para apoyar la lucha por una reforma migratoria integral.

En solidaridad y con cuidado colectivo,

Jackson Heights Immigrant Solidarity Network (JHISN)

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