En marzo de 2017, había un foro de derechos de los inmigrantes en P.S. 69 en Jackson Heights. Inspirado por los oradores y motivado para responder a la pregunta «¿Qué posición deberíamos tomar ahora?» nos dimos cuenta de que nuestro vecindario, tan diverso como es, necesitaba un grupo que pudiera movilizar a las personas para resistir el ataque contra los inmigrantes. Nuestro objetivo era unirnos a las organizaciones de derechos de los inmigrantes y los grupos de defensa dirigidos por inmigrantes que existían, y educar, presentar peticiones y hacer frente a la intimidación y el acoso de nuestro gobierno a aquellos que buscan una vida mejor en los Estados Unidos.
Comenzamos distribuyendo folletos en Jackson Heights sobre los derechos de los inmigrantes abordados por Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Buscamos educar a las personas sobre la diferencia entre las órdenes de búsqueda oficiales y falsas y visitamos las empresas locales para informarles que éramos un recurso si ellos o sus empleados estaban siendo hostigados por racistas antiinmigrantes o ICE.
En octubre de 2017, tuvimos nuestro primer foro, que coincidió con el caso de Riaz Talukder. El Sr. Talukder era un residente de 36 años de los Estados Unidos preocupado por entrevista en octubre con ICE. Once hombres de Bangladesh acababan de ser deportados. Movilizamos personas para asistir a su audiencia al día siguiente. Cuando ICE le dijo que regresara el mes siguiente con un boleto de ida sin retorno a Bangladesh, comenzamos un esfuerzo total para reunir apoyo y evitar su deportación. A través de reuniones estratégicas, peticiones, y la distribución de folletos, levantamos conciencia para su caso. Al final, al Sr. Talukder se le concedió una suspensión de la estancia de seis meses y regresó a casa con su familia. Desde ese momento, ha reabierto su caso de asilo y se queda en casa con su familia sin más entrevistas regulares con ICE.
Esta experiencia afirmó la importancia de trabajar con líderes, organizaciones, activistas, periodistas y políticos de la comunidad para solidarizarse con los inmigrantes amenazados por el ICE. Hay mucho por hacer todavía hasta lograr que Nueva York se pueda considerar una verdadera ciudad santuario.
Damos la bienvenida a los nuevos miembros y los talentos únicos que puede aportar para hacer realidad nuestra premisa rectora: que ningún ser humano es ilegal. Juntos podemos hacer la diferencia.