En los últimos días, hemos escuchado a demócratas prominentes hablar de la necesidad de que el Partido, demuestre que es “fuerte respecto a la seguridad en la frontera”. En realidad, algunos políticos demócratas han abogado por ello, al permitir que Donald Trump construyera su muro obsceno, como parte de un acuerdo del presupuesto general de la seguridad fronteriza. Otros quieren gastar miles de millones de dólares en aviones no tripulados (referidos como drones en inglés), o en aumentar el tamaño de la Patrulla Fronteriza, y además gastar más dinero en escáneres, y otros componentes de alta tecnología para crear un “muro virtual”. Apoyar esas medidas sería un camino desastroso, uno que responde al racismo anti-inmigrante de Trump, al mismo tiempo que desalienta la base más progresista del Partido.
Si ésto sucede, sería un eco de la vergonzosa complicidad del Partido Demócrata en el encarcelamiento en masa. Esa política racista se promovió anteriormente con una retórica similar, “mano dura contra la delincuencia,” mientras se encerraba a millones de personas de color. Ahora, una vez más, los demócratas parecen estar considerando atacar a las personas pobres y de color, para aplacar a los votantes reaccionarios y financiadores. Una vez más, las consecuencias serían violaciones flagrantes de los derechos humanos. Nuevamente, los demócratas perderían toda credibilidad con aquéllos que creen en la justicia para todos. Y si se vá en esa dirección, una vez más el Partido lamentará los horrores que podría desatar.
Los inmigrantes y los refugiados no son el enemigo de este país, son su columna vertebral. Apoyan nuestra economía, aumentando su salud y dinamismo. Enriquecen la cultura. Deberíamos darles la bienvenida, y no tratarlos como un ejército invasor.
No necesitamos una “seguridad fronteriza más fuerte”. En cambio, debemos frenar la brutalidad cruel que nuestro gobierno está infligiendo a los refugiados e inmigrantes. Necesitamos detener las violaciones del derecho internacional, y debemos dejar de militarizar la frontera. Necesitamos extender la ciudadanía a los Soñadores. Aún más, tenemos que poner fin a las traumáticas políticas racistas, que han destrozado a miles de familias; poner un alto a los campos de concentración en el desierto; detener los horrores de niños refugiados que mueren de enfermedades curables y deshidratación; y debemos hacer que cese el negocio de las cárceles privadas, donde los inmigrantes terminan viviendo allí por años.
No necesitamos drones y escáneres de lujo. En cambio, necesitamos ayudar a recuperarse a los países latinoamericanos, devastados por las políticas malintencionadas de los Estados Unidos. Tenemos que dejar de apoyar a los dictadores y a los escuadrones de la muerte. Tenemos que poner fin a la desastrosa “guerra contra las drogas”, que ha extendido la muerte y la destrucción en todo el hemisferio. Necesitamos detener la dominación económica de América Latina, que a través de tratados de comercio neoliberal, la ha llevado a una pobreza generalizada y ha creado millones de refugiados.
No necesitamos más agentes de inmigración. En su lugar, debemos hacer que las agencias de inmigración de los Estados Unidos, retomen los estándares de funcionamiento anterior, para detener el reinado de terror que han sembrado. Tenemos que evitar que la Patrulla Fronteriza se suba a los autobuses de Greyhound, exija papeles y arreste a la gente porque parecen latinos o árabes. Tenemos que impedir que ICE embosque a las personas en los juzgados, y asalte lugares de trabajo. Tenemos que parar la deportación, de nuestros antiguos vecinos inmigrantes, respetuosos de la ley. Debemos impedir que el TSA nos toque a tientas, y registre nuestras computadoras portátiles y teléfonos; tenemos que evitar que seleccione a los musulmanes para realizar sus búsquedas. Por último, debemos impedir que nos acose a todos, como si fuera una mafia financiada por el gobierno.
El debate actual sobre la “seguridad fronteriza”, es un momento crucial para los demócratas. Sus decisiones ahora, determinarán su relación con el electorado en los próximos años, y su lugar en la historia. Nancy Pelosi dijo que el muro propuesto por Trump es “inmoral” y tiene toda la razón. ¿Cómo puede ser que la barrera “inteligente”, que algunos demócratas desean construir, sea menos inmoral?
Los estamos observando: decenas de millones de inmigrantes, las familias de inmigrantes, los partidarios de inmigrantes y todos los que se preocupan por la justicia. No esperen que votemos por Demócratas, que apoyan una versión “más amable y gentil” de las políticas de Trump en la frontera. Ni esperen que apoyemos a los políticos que adoptan políticas racistas antiinmigrantes, no importa de que tan “alta tecnología” estén hechas sus muros.
Los demócratas deben tomar una posición de solidaridad con nuestras hermanas, y hermanos inmigrantes y refugiados. De una u otra forma, los inmigrantes, los refugiados, los asilados y sus partidarios estamos decididos a derrotar el racismo y la xenofobia. ¿Están en contra o a favor nuestro?
La Red de Solidaridad con los inmigrantes de Jackson Heights
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